
Siempre supe que mi camino me llevaría a un lugar distinto… a un trabajo con otro ritmo, lejos de lo previsible. No sé explicar por qué, solo sé que hay certezas que habitan en lo más profundo, como raíces invisibles que te guían sin preguntar.
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Aún recuerdo un día gris de invierno, allá por 2016. Me desperté con una idea clara: quería dar forma y voz a todo aquello que amaba en silencio. Quería atrapar, entre fotos y mochilas, ese espíritu folk que me acompañaba cuando escapaba a la montaña… ese que guardaba solo para mí, como un refugio.
Así nació HILVAH. Pareció surgir de la nada, pero en el fondo llevaba toda la vida conmigo, esperando el momento para hacerse visible.
No sé cuánto tiempo me quedaré aquí. Nunca me ha gustado trazar planes. La vida es un sendero incierto, un cuaderno que escribimos sin saber la última página… y en cada cambio hay una nueva aventura.
Con Hilvah intento entregar al mundo todo aquello que me hace latir: el calor de un fuego en una noche helada, el murmullo de la lluvia filtrándose entre los árboles, el aroma de la tierra mojada, la nieve fundiéndose en las manos, la certeza de pertenecer al bosque, el dorado de un atardecer, la emoción al sentir las montañas, la pequeñez inmensa al mirar las estrellas.
Sé que algún día volveré a las montañas para quedarme. No sé cómo ni cuándo… solo sé que es otra de esas verdades que viven dentro de mí.
Hilvah no es solo una marca sostenible de bolsos y mochilas; es un pedazo de mi alma. Es mi amor por lo hecho a mano, mi exigencia, mis sueños convertidos en costuras, mi hambre de aventura dibujada en cada tela.
HILVAH es geometría y sencillez. Es atemporal y, sobre todo, es AVENTURA.
Una aventura que puede encontrarte en la ciudad o en la montaña, en el silencio o en el cao… y quedarse contigo, como un recuerdo que nunca se desvanece.
Bienvenid@s al triángulo