La semana pasada te contaba, todas esas mierdas del autónomo que nadie te cuenta. Pero oye, no soy yo de las que le gusta quejarse y dar pena, así que hoy te contaré algunas cosas que han hecho que ame mi trabajo.
Mientras estudiaba mi Licenciatura, trabajé de camarera, en el taller de orfebrería de mi familia durante muchos años, preparé oposiciones para profesora de Historia (hoy agradezco no haber seguido con eso) o en una tienda de telas…y parece que HILVAH llegó, como llega todo lo que te cambia y te transforma, sin avisar y de una forma totalmente inesperada, todo lo que bueno que llega sin planear es increíble.
Gracias a HILVAH he podido vivir al 100% la infancia de mis hijos, trabajar con el taller en casa supuso un reto que a veces me dejaba agotada teniendo que gestionar una multitarea desde el alba hasta el atardecer.
Pero que hoy, 10 años después, puedo ver con perspectiva y agradecer a esa Esther que metió sus miedos debajo de la cama y siguió adelante.
Estar presente, significó ser esa madre que abraza, que llora, que inventa cuentos, que va al colegio cada día, significó dejar de coser para echar una partida al ajedrez, para explicar una multiplicación, hacer la merienda, los deberes o preparar la hora del baño.
Todas esas rutinas que si hubiera tenido un trabajo fuera de casa, con un “horario normal” me hubiese perdido.
Hilvah también ha contribuido a poder ser yo misma, mi mente nunca para quieta, siempre está pensando, creando, imaginando y no sé qué tal hubiese llevado un trabajo rutinario o repetitivo.
Aquí nunca hay dos días iguales y eso lo agradezco enormemente, no me estanco, mi mente no se duerme ni se aburre, porque si me aburro…ya no hay vuelta atrás…
HILVAH ha traído gente a mi vida que no hubiese conocido jamás, gente que me ha ayudado a crecer, a saber quién soy, que ha apostado por mi…unos se quedaron y otros pasaron solo unos días, pero todos formaron parte de la marca.
Y por último, crear esta empresa me despojó de parte de mis miedos, y como te contaba en el post que subí ayer a Instagram:

El miedo siempre está.
Pero también está ese impulso interno que te dice: “inténtalo”.
No necesitas estar listo.
Solo necesitas dar el primer paso.
Porque las grandes historias no nacen del control, nacen del coraje y la pasión.



Deja una respuesta